El productor lechero se debate en la crisis que marcará el pico más grave del historial tambero.
Está cobrando lo mismo que en abril del 2014. Con un atraso de 2 años en sus ingresos debe hacer frente al tremendo ajuste de los precios relativos de sus insumos vitales que se han dado en el 2016.
En los gráficos que acompañan queda demostrado notoriamente la gravedad de la situación, al comparar las dos crisis más recientes (2015-2016 vs 2001-2002). Allí se compara la evolución de precios de la leche al productor, el alimento balanceado (AB) indicador de la cuenta alimentación que representa el 60% de los costos, el gasoil (GO) afecta casi el 20% de los costos operativos, el dólar (afecta el 60% de los insumos del tambo) y la soja (que es la moneda de intercambio para los alquileres de la tierra).
Literalmente el tambero se encuentra con su cabeza bajo el agua, luchando para mantenerse a flote. El silencio de parte de la industria, que ya recibe un volumen muy atenuado de materia prima, es estridente.
El ajuste del sector vendrá por el lado de la disminución de la oferta interna por dos vías, La primera a travez de la disminución de la productividad ( lts/Vaca) y la segunda por la disminución del numero de tambos y del tamaño de los rodeos.
Esta es la característica pendularidad de la lechería , que pasa de la sobreoferta ai desabastecimiento. En breve seremos testigos nuevamente de faltante.
Cabe remarcar que la crisis es interna ya q cerca del 90% de la producción va a dicho mercado.
La intervención oficial es absolutamente necesaria para arbitrar la distribución de la renta láctea, donde el comercio se queda con la parte del león.
Asi las cosas, solo veremos fracasos.
C. Goldin
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