La lechería del mundo enfrenta una de sus típicas crisis cíclicas generadas por una sobreoferta de leche con respecto a la demanda global, reducida ésta sustancialmente por le drástica caída de importaciones chinas. En todo el planeta los productores lecheros están recibiendo menores valores por la leche entregada, el problema local radica en la falta de transparencia y el productor termina siendo el que «se queda sin silla cuando se termina la música».
La lechería es una negocio cíclico en Argentina y también en el resto del mundo. Los países más organizados económica e institucionalmente poseen algunos mecanismos para atenuar los vaivenes de un mercado tan volátil como el de los lácteos (sólo se comercializa internacionalmente el 7% de la producción total). Aún así en Estados Unidos por ejemplo el precio al productor bajó 20 cv de dólar desde septiembre a la fecha. Lo que sucede y es lo más preocupante es que para una actividad cíclica como ésta hay que dejar que haya picos de precio al productor para hacer un promedio, y aquí en Argentina los picos no existieron. Como observamos en el gráfico, si bien coincidimos con el productor norteamericano en los valores más bajos, estuvimos muy lejos de los valores altos:
Ahora la cuestión del reclamo se ve agravada con la incorporación de ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera) a la discusión. Desde el CIL (Centro de la Industria Lechera) se preguntan el motivo de ésta insólita unión en el reclamo, pero en realidad fue la Industria misma quien los involucró al poner como excusa la imposibilidad de sostener el precio de la materia prima por los altos aportes que deben realizar a dicho gremio (es verdad pues acordaron abonar 2.000 pesos/mes/empleado como «Aporte Solidario»). Un grupo de productores de la zona de Suardi se organizaron con los dirigentes gremiales de ATILRA desembocando todo ésto en una nueva entidad (la 15°) de productores llamada APLA (Asociación de Productores Lecheros de Argentina) con la novedad de la alianza con ATILRA. Se mezclaron los tantos y la Industria se enfrenta con un dilema que nunca soñó.
Este conflicto que ATILRA iniciara bloqueando a Saputo cuando ésta intentara pasar a su personal al gremio de la Alimentación, se ha extendido al resto de la Industria.
Obviamente hay preguntas muy serias que deberán ser respondidas y cuestiones internas locales a subsanar, pero la crisis actual ya está instalada y no hay mucho por hacer…salvo bajar los costos de producción y unificar la representatividad del sector productor..!