Cuando el mercado internacional de lácteos se encuentra deprimido como en la actualidad, la economía de las cadenas lácteas de los países exportadores depende de sus mercados internos.
Para tener una referencia de los niveles de consumo presentamos el siguiente gráfico con una estadística de los países que cuentan con registros:
Argentina, con 209 Eq.lts/cápita, se encuentra entre los países de mayor consumo de leche del planeta (Cuartil 1), holgadamente por arriba de los 106 litros del promedio mundial y también de los 160 litros recomendados por la Organización Mundial de Salud (OMS). Para absorber el actual excedente exportable deberíamos aumentar el consumo un 20%, lo que nos ubicaría en los 250 lt/cápita, nivel de consumo de Estados Unidos, (y quedaría margen aún para crecer sabiendo que los países que lideran la grilla son Finlandia con 361 lts., Suecia con 354 lts. y Holanda con 320 lts/cápita).
El consumo de lácteos en Argentina presenta una elasticidad promedio de 0,5 con respecto a los ingresos, o sea que por cada 10% de aumento o disminución del PBI nacional, aumenta o disminuye un 5% el consumo. En promedio el gasto en lácteos representa un 8% del gasto de la población en alimentos. La elasticidad del consumo con respecto al precio varía con la mayor o menor oferta sustituta de los productos, por lo que ante ofertas sustitutas menores mayor es la elasticidad consumo/precio.
Volviendo a nuestro objetivo de incrementar el consumo un 20%, comparamos con el de USA, donde se desprende del siguiente Cuadro que la diferencia se produce en el consumo de Leches (fluídas y saborizadas en todas las versiones):
Los precios de góndola son similares para la leche fluída, más caro nuestro queso blando y duro, y más barato que el semiduro norteamericamericano: