La crisis lechera 2015/2016 ha sido la de mayor impacto en los registros de la actividad. A diferencia de la crisis del 2001, cuando salimos de la Convertibilidad y el dólar pasó de valer 1 peso a 4 pesos, en ésta se han combinado muchos otros factores negativos para gestar lo que puede llamarse una “tormenta perfecta”. El mercado externo deprimido, la devaluación de la moneda, el ajuste tarifario, la eliminación de retenciones al maíz y trigo sumado a la reducción en los de la soja, y el aumento de los combustibles sobresalen como los factores de mayor impacto en el negocio lechero. Estos factores económicos fueron agravados por las inundaciones recurrentes en las dos cuencas más importantes del país (Santa Fé y Córdoba aportan casi el 70% del total nacional), produciendo la mayor caída en la producción nacional interanual en los registros de 50 años (14,2% 2016 sobre 2015).

En el siguiente gráfico queda plasmada la evolución de los precios relativos de mayor impacto en la producción de leche (tomando Enero/2014=1). Allí se observa como durante el 2014, año previo al desmonoramiento, el precio de la leche al productor acompañaba bien al resto de las variables. A partir de mayo de 2015 comienza a caer el precio de la leche en tranquera de tambo y el productor empieza a perder frente a los insumos crujiendo al máximo el negocio con la disparada del Dólar de enero 2016 (el 60% de los insumos tamberos están atados a la moneda norteamericana); y el fuerte incremento relativo del Alimento Balanceado (por la quita de retenciones al maíz, afectando la cuenta de Alimentación que se lleva más de la mitad de los gastos);  del Gasoil (impacta de variadas maneras y estimamos un impacto superior al 15% en los costos); y la Soja que representa el costo de Alquileres (más del 40% de la leche es producida sobre tierra arrendada).

Hoy la recuperación del precio logró emparejarse con la evolución del Gasoil y la Soja quedando lejos todavía la del Dólar y el Alimento Balanceado. Se discute mucho sobre costos, pero ésta es la realidad de la trinchera y se sigue exponiendo a la producción primaria de leche a seguir produciendo sin margen y arrastrando un pasivo generado por más de 20 meses de trabajo a pérdida.

Marcos Snyder